La ciudad se ubica en la orilla septentrional del golfo de Morbihan, en el estuario del río Marle. Se encuentra a 15 kilómetros del océano Atlántico. En 1419 falleció en Vannes San Vicente Ferrer, patrón de la ciudad, que está enterrado en el coro de su catedral.
Esta ciudad resultó ser una agradable sorpresa para el grupo. Se vieron por vez primera las casas de entramado y muchos disfrutaron de los típicos jardines franceses que había junto a la muralla. Además, en grupos pequeños, se pudo saborear la típica gastronomía bretona: creps, galettes, sidra, etc.
Para volver al hotel seguíamos el cauce de la ría.
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